A raíz de los planes de control tributarios y la modernización tecnológica de la Agencia Tributaria, dicha administración cuenta desde el año 2016 de la información de las entradas y salidas totales de todas las cuentas bancarias de los contribuyentes, tanto de personas físicas como entidades jurídicas.

 

Esto quiere decir que la AEAT, sin necesidad de solicitar información previa al contribuyente puede comprobar y saber si sus declaraciones tributarias incluyen todos los movimientos y cuentas corrientes que gestionan.

 

Esa información es utilizada por Hacienda como indicio de riesgo fiscal cuando no coincide con los datos declarados del IVA o de los ingresos de la actividad económica.

Además, y como parte de la estrategia de la AEAT para detectar nichos de fraude o de facturación “en efectivo” desde el pasado año 2017, la Agencia Tributaria ya está haciendo hincapié, aumentando las inspecciones y visitas presenciales a comercios y establecimientos de venta al público.

Este tipo de actuaciones, llamadas “peinados” consisten en visitas al azar a establecimientos abiertos al público (fundamentalmente restaurantes, comercios o servicios), donde se solicitan, entre otros datos: arqueo de caja, detalle de facturaciones emitidas en el día o día anterior, última factura emitida, o porcentajes de ventas sobre efectivo.

Es importante por tanto que estos temas también se lleven como la norma requiere para evitar implicaciones posteriores y sanciones.